jueves, 14 de febrero de 2013

LA MÚSICA EN EL TANDIL



LA MÚSICA EN TANDIL

Dice la historia de la Humanidad, que la música nació simultáneamente con el hombre…los primeros sonidos creados por aquellos primitivos seres de la prehistoria, se perdieron en el tiempo…
En Tandil, las seguramente desafinadas notas ejecutadas por la Banda de Cazadores, que tocó en aquel 4 de abril de 1823 fundacional, junto a las campanitas de la futura capillita y luego los primeros fogones del Fuerte, en el que en la rueda fortinera, entre mate y mate, tal vez los rasguidos de alguna guitarra  se hicieron escuchar, significaron, de alguna manera, la llegada de la música al Tandil.
Oportunamente en Tiempos Tandilenses dedicamos nuestra nota al folklore, hoy lo haremos-muy sintéticamente- con la música preferentemente clásica y, prometemos,  en el futuro, una dedicada a la música popular.
Acerca de los pioneros, resulta de valor inapreciable el dato que Manuel Suárez Martínez nos aporta  en sus Memorias. Allí nos informa que hacia 1864, los hermanos José y Lucas Benavides, que a la sazón eran zapateros, interpretaban las entonces populares serenatas en compañía de cuatro o cinco amigos, con guitarra, flauta, trián­gulo y pandereta.
Sin embargo no pasaron muchos años sin que un artista, plástico, músico y algo más, se constituyera en el que podríamos denominar el “primer músico” del Tandil. Nos referimos a don Christian Mackeprang, que  nacido en Stege (Dinamarca) el 11 de octubre de 1840,  llegó aquí atraído por la experiencia de Juan Fugl.  Considerado como el pionero de la plástica en Tandil, desarrolló una intensa labor tanto  pictórica como también musical, siendo su casa de Fuerte Independencia 225, un centro social y cultural, punto de reunión de los vecinos. Mackeprang desplegó una vasta tarea tocando ya en 1868, junto a sus hijos, con una orquesta en  las fiestas principales del poblado. Falleció en nuestra ciudad el 16 de febrero de 1939, cuando tenía casi un siglo de vida.
Hacia 1875 existía una banda de un tal Tiluá, que, según parece, era muy popular  y en 1882, Be­nigno Larrea, daba lecciones de piano, teoría y solfeo a domicilio y cantaba en funerales, solo o acompañado por un coro…
El primer Intendente, Pedro Duffau, en 1888, según podemos leer en su Memoria de lo realizado en 1887, presentada al Concejo Deliberante, le dedicó todo un párrafo a “Banda de Música”, donde dice: “Las reuniones públicas son necesarias no solamente para distraer a los ciudadanos, sino que concurren a su cultura, desarrollando en ellos la sociabilidad y dulcificando, muchas veces, su carácter.
Con la ayuda del vecindario se sostiene una banda de música que los días jueves y festivos concurre a nuestra plaza principal donde permanece dos horas  y media amenizando a la concurrencia.
Esta banda que consta de catorce músicos, cuesta $ 200 mensuales contribuyendo, la municipalidad, por su parte con $ 70 al mes”.
Todo un indicio del valor que nuestro primer Intendente le otorgaba a la música por la época…
Enrique Ciao (padre de don Juan B.) dirigió la banda que alegró las llamadas “retretas” pueblerinas. La Banda Municipal, con los vaivenes propios de la política municipal y su economía, llegó finalmente hasta nuestros días, constituyéndose así en uno de los organismos municipales más antiguos.
Don Enrique  enseñaba también los primeros rudimentos musicales en Belgrano 790, en momentos en que aires románticos invadían los salones donde todavía se bailaban minués y gavotas, mazurcas y valses en las tertulias, en tanto en las calles, las rondas­ brindaban alegría al vecindario y las se­renatas, hacían soñar a las jovencitas, cuando les cantaban al pie de los  balcones, en señal de admiración o…algo más.
También en los carnavales y naturalmente en las famosas romerías, se tocaba música, la que estaba a cargo de vecinos ataviados con vistosos trajes y cantando temas populares, al son de sus instrumentos.
El tandilense Benito Bagú, tuvo por entonces una banda-orquesta, que estaba integrada por: Macke­prang, Setzes, Dhers, Mazziní, Cayetano y Felipe Durazzo, Darbón, Nielsen, Lasalvia y Re­zek, que amenizaba los días de los habitantes del pueblo.
Según nos informa el amigo y colega Hugo Nario en “Los Picapedreros”, una banda se constituyó también en Cerro Leones, dirigida por Antonio Guanella e integrada por 15 ejecutantes, primero todos italianos y luego aumentado su número, con otros canteristas. En La Movediza se formó otra también dirigida por Guanella, según algunos y por un tal Bandelli, según otros. Hay noticias que ya en 1904, se había formado una banda integrada por veintiséis ejecutantes- picapedreros- que alegraba las reuniones del caserío y “bajaba “a la ciudad en las fies­tas importantes. La habría dirigido E. Rolfo.
Otro hombre que aportó a la música de ese principio de siglo, fue Cayetano Durazzo, que enseñó música en su casa, frente a la Plaza Independencia, dirigió la Banda Municipal y hacia 1902, formó otra orquesta con: Lasalvia, F. Durazzo y Setzes (vio­lines), Mazzini y Dhers (flautas), Nielsen, Fe­rrigno y Nielsen (cobres).
En 1909 arribaron a Tandil dos figuras de claves: Fernando Del Fres­no, brillante director de orquesta y pianista y Arturo Crespi, virtuoso violinista que llegó a ser primer violín del Teatro Colón.
Envueltos en un bien ganado prestigio, llegaron con la  compañía de operetas y zarzuelas "Falconer", dado que Tandil era centro de in­terés para muchas  figuras y en la provincia ocupaba un lugar destacado por la cultura de su población. Ambos músicos se encariñaron con Tandil, formaron aquí sus hogares y  brindaron su valioso  aporte cultural.
Arturo Crespi, había nacido en Turín  en 1887. De niño fue traído a Buenos Aires donde estudió violín. Eximio intérprete, integró la Orquesta del Teatro Ópera (precursor del Colón), actuando allí incluso bajo la batuta del genial Arturo Toscanini en su primera visita al país. Al cerrar el Ópera, se radicó en Tandil donde dirigió el conservatorio Rosseger y dio clases en el Colegio San José. Integró la orquesta de Cámara, una banda de adultos y un conjunto  que en el Cine Americano le ponía la música a las películas mudas. Enfermo, retornó a Buenos Aires donde falleció en 1942.
Fernando Del Fresno, por su parte, nació en España llegando a nuestro país muy joven para dedicarse a la música. Se radicó en Tandil destacándose como eximio intérprete de piano, fundando su propio conservatorio, dando clases en la Escuela Normal e integrando conjuntos de cámara con destacados músicos de su época como Crespi, Martucci, Carnevale y Nielsen. También formó parte de orquestas de tango, especialmente la dirigida por  Basanta. Falleció en Buenos Aires.
Hacia 1931 se avecinó el maestro Constantino Basanta y cuatro años después lo hicieron los hermanos Alitta, uno de ellos autor del himno a Tandil y excelente músico, cuyo hijo Antonio fuera docente y violinista.
Un hecho destacado en la historia de la música en Tandil, fue sin duda la llegada de Isaías Orbe. Nacido en Carmen de Areco el 6 de julio de 1899, niño aún se trasladó con su familia a Buenos Aires, donde estudió música con maestros de la talla de Julio de Caro. Su destino lo llevó a Bahía Blanca donde dejó transitoriamente la música, para dedicarse a la administración de los cines Italiano de Cnel. Dorrego y su similar de Tandil. Llegó para radicarse definitivamente en 1933. Aquí se dedicó de lleno a su pasión por la música durante cuatro décadas. Fue docente en la Escuela Normal y en otros establecimientos. Formó y dirigió la Banda Infantil, en 1937-38 reorganizó la Banda Municipal con un grupo de músicos que se le unieron y enseñó en  la Escuela Municipal de Música (desde 1981, Conservatorio Provincial de Música que lleva su nombre)  En la Banda lo precedieron en la batuta:C.Durazzo, E. Rolfo, Juan Nielsen y Basanta. En 1951 se hizo cargo Juan Onorato y posteriormente Tomás Sellanes, y José L.Capel entre otros. También formó varios Coros y como violinista integró memorables tríos y cuartetos. Perteneció a  Amigos de la Música y fue factor clave para el desarrollo musical de Tandil. Sus hijos María Alicia Coty (pianista y directora de coros) y Aníbal (cellista) siguieron sus pasos y hoy su nieto, Javier Logioia-Orbe, es un destacado director de orquesta de nivel internacional, que dirigió la Orquesta del Colón en su reinaguración el año pasado. Don Isaías falleció en Tandil el 21 de setiembre de 1974.
En materia de difusión, en la década del ‘20 funcionó una Asociación Cultural que contrataba artistas internacionales de fama, tales los casos –entre otros-del Cuarteto de Cuerdas de Londres y el célebre pianista Wilhem Backhaus.
Otra Asociación fue la presidida por el médico español Antonio Martí y Mas, destacado pianista y poseedor de una rica cultura que  formó una orquesta sinfónica numerosa, en 1934, dirigida por el maestro Orbe.
Ya a mediados de la década del ‘40-(1945-50)- cantantes como Carlos Charlie Leeson, Salvador Magaró, Mario Saux, Sofía Galicia y Alberto Romero, deleitaron a los tandilenses con sus voces, en memorables recitales.
La década del ‘60 fue muy importante: en 1960 se creó Discomanía Universal dirigida por el Dr.Alfonso Calvo, que organizaba audiciones grabadas de difusión de la música y la ópera, en las instalaciones del Hotel Continental de don Walter Moroder; en 1962 nació Amigos de la Música impulsada por Aníbal Orbe y el mismo Dr.Calvo, que organizó recitales inolvidables.
También en 1962-63 se integró el Conjunto de Cuerdas de Cámara formado por el violinista Rafael Wainhaus-proveniente de la Sinfónica Nacional-, Luis Greenhaus (que ocasionalmente estaba haciendo el servicio militar aquí) en viola, Alicia Coty Orbe en pìano, el maestro Isaías en violín y su hijo Aníbal en cello, que ofrecieron recordadas audiciones.
En 1965, Bernardo Moroder fundó el Conjunto Vocal de Cámara, coro que desarrolló una intensa y exitosa trayectoria en Tandil y la región.
En 1966 nació el coro de niños Angelicus y luego el Alborada, ambos creados por Cristina Cid, en tanto que Alicia Coty Orbe-Logioia fundó la inolvidable Cantoría del Buen Pastor, coro infanto-juvenil que tuvo una brillante trayectoria.
En la década del ‘70 nacieron importantes organismos y eventos musicales: el Coro Estable del Teatro Estrada (1968-1969) luego Coro Estable de Tandil dependiente de la Municipalidad,- ya en 1970- el que organizó, en 1971, el 1er. Festival de Coros, que llegó hasta nuestros días y el Coro Universitario, en 1977, todos ellos dirigidos por B. Moroder.
Por su parte la Dirección de Cultura organizaba ciclos de música, con solistas, conjuntos y orquestas nacionales e internacionales renombrados, con acceso gratuito.
Otro acontecimiento relevante fue el nacimiento de la filial del Mozarteum- el 1 de junio de 1981-que permitió traer a Tandil célebres intérpretes.
Por su parte, Elsa Copete Allende creó  en 1983 el "Grupo Coral Niños de Tandil" y en 1987, el coro de adolescentes " Angelicus"(de igual nombre que el de Cristina Cid), patrocinado por la Fundación del Banco Comercial, ambos de grato recuerdo.
El Trío de Cámara de la Universidad fue creado en 1987, integrado originalmente por Carlos Alabart (violín), Marta Favorito (piano) y Alfredo Bouvier (violoncello). En el año 2006, falleció Carlos Alabart, incorporándose Pablo Albornoz.
Digamos finalmente, que el Conservatorio de Música “I.Orbe”, fue y es un formador de intérpretes y difusor de la buena música, integrando conjuntos, un Ensamble y Coro, con la activa participación de los hermanos Domínguez Xodo y Annele Moroder.
Hasta aquí la apretadísima crónica histórica, sintética y con las omisiones del caso, destacando que hoy son numerosos los coros, conjuntos e intérpretes, sucesores de aquellos pioneros mencionados, que enriquecen la cultura tandilense.

Daniel Eduardo Pérez